Estudiantes de Puerto Rico Enfrentan Crecientes Desafíos Económicos
¿SUMA Y RESTA DE ESTUDIANTES?
La tan reconocida Torre del recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico ha sido un distintivo del patrimonio histórico y cultural de nuestro país. También ha sido símbolo de los sueños que persiguen tantos miles de estudiantes que terminan la escuela superior para ingresar a los estudios universitarios. Hoy, esa centenaria torre, azotada por eventos atmosféricos, huelgas, recortes presupuestarios y hasta el olvido mismo de los administradores, sigue en pie de lucha, soportando todos los embates del quehacer social y económico de Puerto Rico.
Cuando los jóvenes de la escuela secundaria llegan a su undécimo y duodécimo año, comienzan a forjar sueños de futuro. Desde la graduación hasta el “senior prom” y del “senior prom“ a la universidad, es la esperanza misma de poder ascender en la escala social, es la posibilidad de ingresar a un mundo de profesionales. Aunque muchos de esos sueños se concretizan, una vez que terminan la universidad, lo cierto es que el camino para llegar al final es arduo y pedregoso porque la universidad ya no es la misma de antes. Cada día, sus estructuras emblemáticas languidecen como consecuencia de la crisis fiscal del país.
La época de bonanza universitaria tuvo su momento más importante entre los años 2004 y 2009, cuando la fórmula del 9.6% reflejó un crecimiento significativo de $835.1 millones. Pero lo bueno no dura mucho, y a partir del año 2009, con la Ley No. 7 del 2009 de estabilización fiscal, la forma tradicional de allegar fondos a la universidad, conocida como la “fórmula”, quedaba congelada y con ella, la suma de las aportaciones se redujo en ese momento a $729.1 millones, lo que provocó una disminución de $229,450 en las aportaciones.
Para el año 2016, se consideró nuevamente otro tema importante sobre el aumento escalonado de los costos de las matrículas de estudiantes, los cuales habían estado congelados los años anteriores al 2007. Por su parte, el ente fiscalizador de la Junta de Control Fiscal estableció imposiciones adicionales en los costos de matrícula, desde un valor de $21 por crédito, para continuar con aumentos escalonados de $124 en el año 2022 hasta $169 en el año 2026. Para los estudiantes graduados, el panorama sería aún más sombrío, considerando que no tienen becas para el pago de matrículas y tienen que asumir préstamos cuantiosos que al finalizar las carreras tendrán que pagar, con la suerte de que adquieran un buen trabajo.
📌 Un estudiante puertorriqueño actualmente debe pagar $157 dólares por crédito para un total aproximado de $2,008 con un total de 12 créditos, incluyendo los cargos de cuotas de tecnología, mantenimientos y laboratorios por semestre.
📌 El aumento en los costos de hospedaje fluctúan desde $350.0 en adelante.
📌 El aumento en el costo de los libros, el alza en el precio de los alimentos, el agua y la luz también han subido, por eso, la beca apenas les da para pagar los créditos y algún que otro gasto adicional.
Al evaluar alternativas viene a nuestra mente ”pues que trabajen mientras estudian” sievaluamosel escenario de que un estudiante consiga una posición al mínimo estatal, $9.50 trabajando 40 horas solo generaría $380 dólares.
La realidad de los estudiantes universitarios de trabajar hasta el desgate… ¿ES JUSTO?
Después de haber flotado en el sueño del “senior prom“, nuestros jóvenes enfrentan con mucho esfuerzo el estado de pobreza al que ingresan como estudiantes. Y más allá de estos sueños juveniles, encontramos a un grupo de estudiantes graduados en diversas disciplinas profesionales que, al finalizar sus estudios, enfrentan una vida de carencias con grandes préstamos sobre sus hombros.
¡Que las luces nunca se apaguen y la música no deje de sonar, que, en ese sueño de quimeras juveniles y quebrantos estudiantiles, al final del camino, lucharemos entre todos por mantener viva la llama de la Universidad!