La Pobreza Institucional de la UPR

La Pobreza Institucional de la UPR

La pobreza institucional de la UPR

Cuando escuchas hablar de pobreza, posiblemente, llegan a tu mente imágenes de personas sin techo, sin ropa, sin comida y sin servicios esenciales como el agua y la energía eléctrica. Pero la pobreza también se encuentra en las instituciones y una de ellas: la Universidad de Puerto Rico. Nos referimos a la imposibilidad de las instituciones públicas como la UPR, para cumplir con sus funciones básicas, en este caso la de ofrecer educación al pueblo de Puerto Rico.

Frecuentemente escuchamos a los líderes de la UPR resaltar cientos de logros para cumplir con las acreditaciones. Es como ver a un gato nadando en el agua. ¿Con qué recursos se dan estos logros si tenemos a los profesores y los empleados empobrecidos? Imposible no decir que en vez de tener profesores lo que tenemos son pobresores porque son profesores pobres.

Si los administrativos quieren convencer a la Junta de Control Fiscal sobre la importancia y el legado de la UPR para la rueda económica y social del país, tienen que empezar por darle prioridad a los siguientes asuntos:

  • Estados financieros actualizados: sus libros y páginas financieras son como una nube que se desvanece. A veces encuentras información que no está actualizada y otras no la encuentras.

Corrupción silente de la UPR: El uso indebido de los recursos para beneficio de grupos específicos como lo son los movimientos políticos en el poder buscando posicionarse en los puestos de poder. La Junta de Gobierno continúa colocando funcionarios políticos en puestos de confianza sin cumplir con los parámetros normativos de la UPR. Estos atornillados reciben salarios mucho más alto que los profesores y empleados. Los sacan de puestos de confianza y los colocan en puestos de carrera para que no los puedan sacar.

Falta de dólares:  Los presupuestos se fueron ajustando hasta registrar una baja en el presupuesto. La intromisión indebida de la Junta de Control Fiscal en los asuntos financieros de la UPR ha llevado a la institución a la pobreza. Del 2008 al 2024 ha ido bajando- consistentemente el presupuesto. La UPR no cuentan con el personal o lo”chavos” necesarios para cumplir con sus funciones. Cada día hay más profesores y empleados retirándose y las plazas quedan automáticamente congeladas pero el volumen de trabajo sigue aumentando y no hay dinero para pagarlo.

Estas condiciones mencionadas han traído muchas consecuencias terribles para sus profesores y empleados como, por ejemplo: el acceso a los servicios básicos. Hoy un pobresor tiene no solo que preparar sus clases y darle forma sus investigaciones, sino que tiene que ser su propio asistente porque no cuenta con servicio secretarial, el servicio de fotocopias es limitado, los materiales que necesite los tiene que comprar de su propio bolsillo, entre otros servicios más.

 

El profesor es el mentor por excelencia de los estudiantes y además, tiene que participar de congresos, reuniones internacionales y nacionales, investigaciones interuniversitarias en Puerto Rico o a nivel mundial para estar actualizado constantemente. Pero esta condición es un sueño para un pobresor porque todos estos compromisos conllevan un gasto que es imposible de asumir. La UPR no tiene el dinero para enviar a sus profesores a estudiar y actualizarse como lo hacen todas las universidades del mundo. Esta situación pone a los pobresores de la UPR en una competencia mundial muy injusta y esto tiene consecuencias. Los profesores y empleados perdieron la confianza en sus ejecutivos que no han dado la lucha por erradicar la pobreza universitaria. Las cartas y circulares son buenas, pero no son suficientes. Lo ejecutivos también tienen que ponerse los tenis y salir a marchar para exigir mejores condiciones laborales para todos.

En estos momentos la Universidad de Puerto Rico es lo que es, y tiene el prestigio que tiene gracias a sus profesores, tristemente hoy pobresoresporque la pobreza llegó a la UPR para quedarse. Si los administrativos no luchan a capa y espada contra las políticas de la Junta de Control Fiscal por desmantelar la maltrecha institución, habrán perdido la batalla y serán responsables de convertir a nuestro país en uno depobrerriqueños”.

Ineficiencia en los sistemas de recursos humanos: La institución no funcionan de manera eficiente, lo que resulta en un desperdicio de recursos y una mala prestación de servicios.

La traición del gobierno con la Junta de Control Fiscal.

El gobernador se olvido de la pobreza de Puerto Rico

El gobernador se olvido de la pobreza de Puerto Rico

El pasado 2 de abril de 2024, el Gobernador de Puerto Rico dio su mensaje sobre la Situación del Estado. Por medio de este mensaje, el gobernador tiende a poner al día a la población sobre diferentes temas de importancia, y que trabajos el gobierno ha realizado sobre esos temas. Este año, algunos temas en los que abordo en su mensaje fueron la reconstrucción económica, el turismo, la infraestructura y la educación, entre otros. Sin embargo, un tema que no se habló en el mensaje, y que debería de tener una gran importancia para el gobierno, fue el de la crisis de pobreza que atraviesa la isla. 

 La pobreza de Puerto Rico es un tema de gran importancia para la isla. El porciento de nivel de pobreza general de Puerto Rico es de un 42%, mientras que la pobreza infantil, para el año 2023 se encuentra en un 58%.1 Por esta razón, Puerto Rico fue señalado como uno de los países más desiguales en el mundo por el Banco Mundial.2 Estos son números muy altos y alarmantes, y el gobierno así lo reconocio, pues durante los años 2021 y 2022, el gobernador decreto la pobreza como política pública y estableció dos comisiones diferentes para combatir este problema.  

Como parte del plan para combatir la pobreza, el gobierno estableció como meta disminuir la pobreza infantil a un 50% para el año 2032, y unas metas intermedias de disminuir la pobreza a un 48% para 2025 y 39% para 2027. Sin embargo, la comisión no cumplió con la ley en entregar sus informes y planes en el tiempo establecido, pues los entregaron un año después, y además se le asignaron unos fondos de $1.2 millones de dólares que, para el principio de 2023 no se había utilizado. Se perdieron dos años de ayudas y cambios que pudieron haber ocurrido si el gobierno hubiera tomado más en serio el problema de la pobreza.  

Esto significo que los planes comenzarían a implementarse desde el año 2023. Desde ese momento, no ha salido información alguna sobre alguna novedad o noticia de cómo han estado trabajando y cuáles son sus planes. Luego, en ningún punto del mensaje de la situación de Estado el gobernador abordo información alguna sobre este tema. 

¿No se suponía había este era un tema de importancia?

¿Dónde están las últimas novedades sobre los programas?

El hecho de que en ningún punto del mensaje el gobernador hiciera una referencia a este problema demuestra que este no es de gran importancia para el gobierno. Hay muchas promesas y poca acción. Es hora de que el gobierno comprenda las implicaciones y la gravedad del problema de la pobreza en la isla.  

Pobreza Infantil

La pobreza infantil en Puerto Rico.
Nos duele porque son pobres, pero más porque son niños.

    Si bien ser pobre es algo que resulta desesperante e incluso insoportable para cualquier ser humano, ya que implica no tener los medios para cubrir necesidades tan básicas como lo son la alimentación, un techo digno donde cobijarse, los imprescindibles servicios para cuidar la salud, e incluso el acceso a agua potable para nuestro consumo e higiene, el sufrir estas carencias cuando se es muy joven o se es niño, es algo no solo triste e inhumano, sino francamente inaceptable.

No es secreto para ningún puertorriqueño que en nuestro país el problema de la pobreza en general es una realidad tan evidente, que tan solo es necesario salir a la calle para presenciar muchos ciudadanos que la padecen y evidencian. Lo que se nos puede perder de vista es que los niños y jóvenes, hijos de estos mismos ciudadanos, son probablemente quienes más injustamente la sufren, tanto en el presente como probablemente en su futuro. Porque esa misma pobreza limita las oportunidades de una educación provechosa, y por ende, de un desarrollo profesional con la posibilidad de alcanzar un nivel económico de vida satisfactorio.

En Puerto Rico y el mundo entero la pobreza no solo se ve en la calle (claro está, si no evitamos mirarla de frente pretendiendo ignorarla), también los estudios académicos al respecto, y sus estadísticas, arrojan datos concretos y cifras que pueden fácilmente impresionarnos.

Por citar algunos:

  • A nivel global, la ONU ha indicado que más de 160 millones de niños corren el riesgo de continuar viviendo en pobreza extrema para el año 2030.
  • A nivel local, según el Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) en colaboración con el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR), quienes recopilan datos sobre las condiciones de niños y jóvenes entre las edades de 0 a 21 años de edad, se concluyó que Puerto Rico obtiene una evaluación de D, si se compara con los 50 estados norteamericanos y el Distrito de Columbia.
  • Según la Oficina del Censo de Puerto Rico y el citado IEPR, en el 2015 un 46% de la población total se encontraba bajo el nivel de pobreza, cifra que aumentaría a un apabullante 59.8% luego de los huracanes Irma y María. De esta población, el 57% lo componen personas de entre 0 y 17 años de edad, con 62% de estos siendo menores de cinco años. Y es precisamente esta joven población la que se considera como la más pobre y vulnerable.
  • En algunos municipios, como el de Maricao, la tasa de pobreza infantil alcanza una cifra tan alta como el 82%.

Si bien no debemos perder del todo la esperanza ya que podemos citar también datos alentadores como que la pobreza mundial se ha reducido a más de la mitad desde el año 2000, y que en los Estados Unidos la pobreza infantil se ha reducido en un 59% desde el año 1993, nuestra realidad local dista mucho de ser así de optimista.

La disparidad de ayudas que Puerto Rico sufre en múltiples programas federales, o la falta de garantías de continuidad en programas tan directamente relacionados con la pobreza infantil como el Child Tax Credit (CTC) y el Earned Income Tax Credit (EITC), que tanto han ayudado a reducir esa pobreza en los Estados Unidos, son solo algunos de los frentes donde debemos de luchar para combatir todo aquello que no proteja a nuestros niños de esta deplorable y limitante realidad.

Otros factores de nuestra sociedad puertorriqueña que debemos tener presentes para poder atacar las raíces de la pobreza infantil, también lo son: la falta de seguridad económica de la familia como consecuencia de adultos que sencillamente no tienen interés en trabajar perpetuando la dependencia de ayudas gubernamentales, la carencia de buenas oportunidades de empleo, y los salarios tan bajos que se pagan en Puerto Rico incluso en profesiones que requieren una larga y sacrificada preparación académica.

El Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ) también nos habla de la desventaja económica que padecen las familias jóvenes cuyo jefe de familia es una mujer. Tan alto como el 68% de estas familias viven en niveles de pobreza, constatando así que la cara más vulnerable de la sociedad en Puerto Rico son los niños y las mujeres que sustenta el hogar.

Según este instituto, todo esto redunda en que en Puerto Rico 6 de cada 10 niños son pobres, y que esta pobreza infantil eventualmente se traduce en un costo acumulado para nuestra economía de nada más y nada menos que 500 mil millones de dólares.

Desde niño pude ver de cerca la pobreza extrema en que otros niños como yo, vivían. Compañeros míos de juegos pero cuyas condiciones de vida me asombraron e impresionaron grandemente desde temprana edad. Sus carencias y dolor pudieron sensibilizarme y motivarme a hacer algo al respecto en la medida de mis posibilidades por el resto de mi vida. Más puntualmente en el área de las oportunidades igualitarias en la educación, como salida a circunstancias tan desfavorables.

Si como individuos y como país no nos hacemos de la vista larga y cobrando plena conciencia de esta realidad, luchamos con todos los factores que pueden librar de la pobreza a nuestros vulnerables niños y niñas puertorriqueños, sí tendremos la esperanza real de un cambio.

Esto incluye exigir al gobierno federal y local, todo lo que como país merecemos. Pero también incluye rectificar aquellas actitudes que como individuos no aportan nada a esta urgente transformación.

Nadie merece más justicia que una vida que comienza y que tampoco pidió venir al mundo. Mucho menos a sufrir necesidades sin la posibilidad de un futuro mejor. La pobreza infantil de Puerto Rico, y de cualquier parte del mundo, es después de todo una cuestión de derechos humanos. Luchemos todos unidos por los derechos de nuestros niños. 

Aprovechamiento Académico

Cómo la desventaja socioeconómica afecta la educación de nuestra juventud

 

Si bien la pobreza infantil ya es un problema serio y triste de por sí, pues el no poder satisfacer las necesidades básicas puede llegar a poner en riesgo la vida misma de los niños, no podemos perder de vista los otros efectos a largo plazo que la desventaja socioeconómica, desde temprana edad, puede tener en ellos.

Es la educación elemental y la eventual formación profesional lo que permite que un joven de escasos recursos pueda progresar en la vida. Por lo tanto, si desde un comienzo se les troncha este desarrollo, les estamos condenando a una vida entera de pobreza.

Existe en nuestro país vasta evidencia estadística que demuestra que las instituciones principalmente responsables de dicha educación, no están haciendo el trabajo que les corresponde.

Podemos plantearnos lo absurdo que resulta el hecho de que en el Departamento de Educación (ED), siendo la agencia que más ayuda económica recibe, sus resultados, tanto palpables (estado físico de escuelas y salones, etc.), como académicos, resulten tan deficientes.

En concreto, el departamento fue, en el año 2022, la agencia que más ayuda recibió del fondo general.

Específicamente, la cantidad de dos billones trescientos cuarenta y dos mil quinientos ochenta y nueve millones de dólares ($2,342,589,000,000).

¿Cómo entonces es posible que una cifra tan impresionante no se vea reflejada en lo primordial, que debe ser el aprovechamiento académico de los estudiantes, y ni siquiera, en cosas tan elementales como la infraestructura de las escuelas o las pizarras y pupitres de sus salones?

Prueba del mencionado pobre aprovechamiento académico se puede constatar por los datos que arrojan las pruebas estandarizadas que el mismo Departamento de Educación da a los estudiantes.

Estas pruebas, que son dos, la conocida en inglés como la National Assessment of Educational Progress (NAEP), y la META-PR (Medición y Evaluación para la Transformación Académica de PR), arrojan unos datos bastante desalentadores para nuestra Isla si se comparan con los resultados de EEUU.

De las cuatro categorías que consta el primero, NAEP, a saber: Pre-básico, Básico, Proficiente y Avanzado; en Puerto Rico solo se administra la materia de Matemáticas, y en esta prueba, el 85% de los estudiantes solo alcanzan un nivel de Pre-básico, sin llegar nunca estos resultados a las categorías siguientes de mejor nivel de Proficiente y Avanzado.

En cuanto a la otra prueba, la META-PR., que mide el dominio en las asignaturas de Español, Matemáticas, Inglés y Ciencias, los estudiantes en su gran mayoría demuestran un desempeño tan solo de Básico  (entre las categorías de: Pre-básico, Básico, Proficiente y Avanzado).

En el período de 2018 al 2019, de 836 escuelas públicas evaluadas con la prueba META, solo 89 de ellas pueden clasificarse como ‘Excelente’.

Tal y como lo ha expresado el licenciado y político puertorriqueño, el Sr. Eduardo Bhatia, y citamos, “¿Por qué le pagamos $26 millones anualmente a la compañía Pearson para dar las pruebas de aprovechamiento META, si no le prestamos atención a los resultados?”.

 

Tenemos claro que lo que no se mide, no se puede mejorar, y por eso no debemos cuestionar la utilidad de estas pruebas, pero a lo que hay que darle prioridad para buscarle solución es al hecho de la preocupante realidad de que nuestros niños vivan y alcancen solo un conocimiento básico de las materias principales de la educación.

 

En otro informe sobre el desempeño académico de las escuelas elementales, intermedias y superiores en Puerto Rico, realizado por la Fundación ABRE PR (Proyecto que utiliza el análisis de datos y la tecnología para comunicar la información pública a los ciudadanos de una manera clara y accessible), se demuestra la correlación estrecha existente entre los niveles de pobreza de los estudiantes y su nivel académico.

 

No solo queda claro que la pobreza afecta drásticamente su desempeño, sino que incide también de forma perjudicial en otros factores escolares tales como la matrícula, la asistencia y la tasa de graduación.

 

Por citar algunos datos, desde el 2012 ha habido una decadencia de 61.05% en las matrículas del sistema público, y si bien el décimo grado es el año con más matrículas, resulta ser también el año con mayor número de ausencias. No sorprendentemente el 30% del ausentismo, pertenece al grupo con desventajas económicas.

 

Además, la tasa de graduación también se encuentra en decadencia, entendiendo por ésta, el grupo de estudiantes que habiendo comenzado el noveno grado, logra graduarse al cabo de cuatro años de escuela superior. Del año 2020 al 2021, la tasa de graduación disminuyó de 78.05% al 75.7%.

Por último, y no menos preocupante, es el hecho de que siendo el Departamento de Educación aquel que cada año solicita más dinero, irónicamente todos los años se cierran más escuelas. Desde el año 2011, se han cerrado 639 escuelas, y de las 860 con que contamos, solo 662 operan de forma totalmente presencial en horario regular.

 

Evidentemente toda esta información debe servirnos de acicate para no solo hacer todo lo que esté en nuestras manos para combatir la pobreza en Puerto Rico, y en particular la pobreza infantil, sino que debemos tener muy presente la estrechísima relación entre desventaja económica y el rendimiento escolar.

A cada institución y a cada persona relacionada con la educación, debemos, de manera efectiva y firme, exigirle su máximo desempeño y esmero en ofrecerle las mejores oportunidades educativas a la juventud.

Es, nada más y nada menos, el futuro y el progreso socioeconómico del País aquello que está en juego.

 

Pobreza: ¿Qué es la pobreza infantil?

La pobreza infantil según la ONU es un problema de derechos humanos, entre las distintas manifestaciones de la pobreza figuran el hambre, la malnutrición, la falta de una vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud. En la actualidad, 10% de la población mundial aproximadamente vive en la pobreza extrema y tiene dificultades para cubrir sus necesidades más básicas como son: la salud, la educación, el acceso al agua y al saneamiento. Los datos demuestran que hay 122 mujeres de entre las edades de 25 y 34 años que viven en la pobreza por cada 100 hombres del mismo grupo de edad. La ONU ha indicado que más de 160 millones de niños corren el riesgo de seguir viviendo en la pobreza extrema en 2030.  Actualmente, las tasas de pobreza en el mundo se han reducido a más de la mitad desde el año 2000, se cree que la pandemia de COVID-19 aumentó la pobreza mundial hasta a un 8% más de la población total mundial.

En Puerto Rico, el Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud es la herramienta elaborada por el Instituto del Desarrollo de la Juventud (IDJ), con la colaboración del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR), que busca obtener datos sobre de la situación y las condiciones en las que viven los niños, niñas y jóvenes de 0 a 21 años de edad.  El índice considera 5 elementos fundamentales para el desarrollo de la niñez y la juventud. Estos elementos son: economía, familia, educación, seguridad y salud. El análisis de los 27 indicadores del Índice de Bienestar de la Niñez y la Juventud, concluyó que Puerto Rico obtuvo una evaluación de D, al comparar a Puerto Rico con los 50 estados y el Distrito de Columbia. Ninguna de las jurisdicciones analizadas, obtuvo evaluación de A.

Según la Oficina del Censo de Puerto Rico y el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, en el 2015 un 46% de la población se encontraba bajo el nivel de pobreza. El 43% de las familias son pobres y de los hogares que se clasifican pobres, el 60% tiene como cabeza de familia a una mujer. Luego de los huracanes Irma y María, el IEPR estimó que el número de personas pobres en la isla iba a alcanzar un 59.8% de la población. Entre la población de 0 a 17 años de edad vive el mayor nivel de pobreza, pues lo compone un 57% del total de la población. De estos, el 62% eran menores de cinco años de edad. En el caso de los municipios existen pueblos donde los menores que viven bajo condiciones de pobreza alcanzan el 82%, como es el caso de Maricao. Estos datos demuestran que la niñez puertorriqueña es la porción poblacional más vulnerable y marginada de la sociedad.

Según el IDJ, la causa de la pobreza infantil es la falta de seguridad económica en la familia. Este factor en Puerto Rico está amenazado por la baja participación laboral, la inseguridad en el empleo y la pobre compensación. Lo que quiere decir que 6 de cada 10 niños viven en el nivel de pobreza. El estudio realizado por el IDJ estima que el costo económico perdido a causa de la pobreza infantil se encuentra alrededor de aproximadamente $500 billones de dólares. El 39% de los niños en pobreza viven en hogares donde el jefe de familia se encuentra empleado, contrastado con un 81% de los niños que viven sobre el nivel de pobreza donde alguno de los padres tiene un empleo. Un dato interesante sobre el estudio del IDJ demuestra, que el 68% de las familias lideradas por mujeres con niños, niñas y jóvenes viven bajo pobreza. Un dato curioso del estudio señala, que el 14% de los niños en pobreza viven en hogares donde el jefe de familia tiene un grado universitario, vis a vis con el 52% de los niños que viven sobre el nivel de pobreza. El IDJ, estima que solo el 39% de los niños que viven bajo pobreza tienen un hogar propio, mientras que el 78% de los niños que viven sobre el nivel de pobreza tienen hogar propio. Estos datos revelan que el rostro de la sociedad ms vulnerable en Puerto Rico son: los niños y las mujeres jefas de familia. Los tiempos nos invitan a hacerle justicia a los más desventajados y a disminuir la brecha del que más tiene con la del que menos tiene. ¡Hagamos justicia!

Bibliografía:

  • La pobreza en Puerto Rico. (2014, September 17). EnciclopediaPR. https://enciclopediapr.org/content/la-pobreza-en-puerto-rico/
  • United Nations. (n.d.). Acabar con la pobreza | Naciones Unidas. Retrieved October 3, 2022, from https://www.un.org/es/global-issues/ending-poverty
  • Nuestra Historia. (n.d.). Juventudpr.org. Retrieved October 3, 2022, from https://www.juventudpr.org/idj/nuestra-historia
  • Indice de Bienestar de la Niñez y Juventud de Puerto Rico. (n.d.). Juventudpr.org. Retrieved October 3, 2022, from https://www.juventudpr.org/idj/indice-de-bienestar-de-la-ninez-y-juventud-de-puerto-rico
  • Política Pública. (n.d.). Juventudpr.org. Retrieved October 3, 2022, from https://www.juventudpr.org/idj/politica-publica
  • Resultados Censo 2020 para Puerto Rico y sus Municipios. (n.d.). Estadisticas.Pr. Retrieved October 3, 2022, from https://censo.estadisticas.pr/node/499
  • POBREZA INFANTIL: UN ABISMO EN LA ECONOMÍA PUERTORRIQUEÑA. (n.d.). Website-files.com. Retrieved October 4, 2022, from https://assets.website-files.com/60f311e9e2e57d2e3028bb6f/60fc9fec805b503391b2b544_Pobreza-infantil-en-Puerto-Rico-Hoja-Suelta-Espanol.pdf
  • (N.d.-b). Website-files.com. Retrieved October 4, 2022, from https://assets.website-files.com/60f311e9e2e57d2e3028bb6f/615fab750b18ba319f0e9ed3_perfiledejovenesviviendoenpobreza.pdf

 

 

Luma: La correlación de las ayudas sociales con la sociedad

Por más de una generación los índices de la pobreza infantil en Estados Unidos, han tenido el índice más alto de entre todos los países del primer mundo. Según un artículo del N.Y. Times, existe una conexión entre la pobreza infantil, las enfermedades que sufren los más desfavorecidos y el nivel de educación al que podrían tener acceso. Entre parte de la investigación realizada, se muestra, que los niños latinos y negros tienen tres veces más la probabilidad de ser pobres en comparación a la que lo tiene un niño blanco. En 1993 el 28% de los niños en E.E.U.U. vivía en la pobreza, en 2019 antes de la pandemia los niños que vivían en el nivel de pobreza había disminuido a un 11%. Gran parte de la reducción de la pobreza se redujo por diversos factores, entre los que se encuentra: una baja tasa de empleo, el aumento de la participación en la fuerza laboral entre las madres solteras y el crecimiento de los salarios mínimos a nivel estatal. Entre todo, el factor más dominante que se halló en la investigación, lo fue la expansión de la ayuda gubernamental.

Las ayudas de beneficencia tales como SNAP y Medicaid han ayudado a familias de escasez económica a librarse de altos costos de tratamiento médico y a tener alimentos básicos para subsistir. Las medidas complementarias de fondos federales cuentan con miles de millones en créditos fiscales para SNAP y otros beneficios. Los complementos se ajustan al costo de vida local, proporcionando un recuento más preciso de los recursos del hogar. Muchos investigadores creen que la fuerza principal para eliminar la pobreza lo son: una economía fuerte y mayores créditos fiscales. Ese análisis demuestra que la inserción en la fuerza laboral disminuyó en un 9% la pobreza infantil. Los programas de beneficencia analizados en el estudio, demuestran que hacen más por reducir la pobreza que lo que hacían en 1993, pues aumentan beneficios, amplían la elegibilidad para estos programas y facilitan la inscripción a ellos.

Existen expansiones que demuestran el crecimiento de dos subsidios salariales: el crédito tributario por ingreso del trabajo, que se expandió considerablemente en 1990 y el crédito tributario por hijos, que recientemente brindó una ayuda significativa a las familias de bajos ingresos. Los datos demuestran que la familia promedio que salió de la pobreza recibió casi $18,000.00 dólares en beneficios, lo que implica más del 40% de sus ingresos después de rendir impuestos. Uno de los programas de mayor crecimiento e impacto lo ha sido SNAP, que llevó la pobreza infantil a un 11%. En dicho programa los beneficios cambiaron poco a poco, la elegibilidad aumentó y la inscripción incrementó después de hacer el programa más flexible para los ciudadanos.

 A pesar de que la pobreza golpea fuertemente a los niños, los más desfavorecidos tienden a estar vinculados a padres con desordenes de salud como son: la adicción o depresión; también por etnicidad o raza como son: los latinos y negros. Además, muchos inmigrantes tienen menos acceso a las ayudas, por ser indocumentados, pues estás se limitan y restringen a inmigrantes legales. En Puerto Rico el costo de vida es cada vez más alto y algunos de los beneficios complementarios de ayudas federales no se encuentran disponible en la isla. Las ayudas de beneficencias sociales en Estados Unidos les sirven a millones de niños para salir de la pobreza, en Puerto Rico hemos visto que no se ha cortado la brecha del que menos tiene con el que más tiene y la movilidad social se ha mantenido estancada en los últimos años.

 

 

 

Bibliografía:

  • DeParle, J., & McGarvey, M. (2022, septiembre 11). Expanded safety net drives sharp drop in child poverty. The New York Times. https://www.nytimes.com/2022/09/11/us/politics/child-poverty-analysis-safety-net.html